La creciente sofisticación de los ciberataques: Los drones
Hasta hace poco los ciberataques se basaban en actividades que más o menos nos sonaban: virus, cyberbullying, suplantación de identidad, robo de datos personales propios o de una base de datos, etc. Sin embargo, si atendemos a las últimas novedades en gadgets, hay uno especialmente cuya curva de adopción acaba de alcanzar un crecimiento tan vertiginoso que ya afecta a todo tipo de usuarios: los drones.
Los hackers y piratas informáticos, principales protagonistas de estos ciberataques están poniendo su ojo en este tipo de dispositivo por dos motivos principales:
- Hasta el momento son aparatos bastante inseguros, que siempre están conectados a una red Wifi o Bluetooth, fácil de piratear para acceder a los datos.
- Cuentan con funcionalidades muy interesantes: geolocalización y datos de navegación, cámara de fotos y vídeo, y contraseñas y emparejamientos con otros dispositivos que tienen aún más información.
Más allá de los evidentes riesgos físicos que supondría la caída de uno de estos aparatos sobre los trabajadores, un visitante a unas instalaciones o el impacto contra material sensible, existen otros riesgos importantes a nivel de seguridad de la información empresarial, que son el primer objetivo de los atacantes:
- Espionaje industrial: los drones, gracias a su facilidad para pasar desapercibidos e infiltrarse en instalaciones, se están empezando a utilizar con fines maliciosos. Recientemente, gobiernos y empresas sensibles a ser espiados están empezando a tenerlos en cuenta para proteger información vital susceptible de ser fotografiada o robada desde una posición privilegiada en el cielo.
- Intercepción de drones propios: los drones de las empresas pueden ser infectados con un virus para que todo lo que graben o fotografíen sean enviado de manera discreta a otro servidor, además del servidor propio. De esta manera un hacker o pirata puede saber las pruebas que una empresa o gobierno está realizando y lo que a ésta le interesa.
- Transporte de códigos maliciosos para infección de redes: este caso puede afectar a empresas que se consideren que no son susceptibles de espionaje industrial por el aire, ya que su material esté a buen resguardo. Sin embargo, un dron puede sobrevolar la instalación para infectar la red WiFi local con un software malicioso y a través de éste robar la información.
Ante todas estas amenazas, cada vez más innovadoras, las empresas pueden tomar medidas de control para no correr riesgos y enfrentarse a estas situaciones de manera efectiva. Estas medidas o soluciones son:
- Formación para los empleados: ellos son los primeros que deben conocer los riesgos y cómo protegerse de ellos. También pueden ser los encargados de detectar drones sospechosos que puedan estar sobrevolando las instalaciones, o incluso tener más conciencia sobre los suyos propios en el recinto empresarial.
- Reducir la recogida de datos personales: aunque todavía no existe una legislación vigente sobre qué se puede hacer con las imágenes y fotografías tomadas desde el aire, lo más sensato es limitar la grabación de estos datos personales, estableciendo una política de buenas prácticas.
- Servicios de control de acceso: no sólo sobre el “espacio aéreo” de la empresa, sino también sobre el espacio aéreo de nuestras redes públicas susceptibles de ser atacadas.
