Robots en empresas
Los robots llegarán a las empresas antes de lo que te esperas
La transformación digital está abordando todos los enfoques y departamentos de las empresas. Debido a que los consumidores y los clientes son cada vez más digitales, las empresas buscan cada vez más perfiles digitales para sus puestos de trabajo. Estos perfiles pueden operar de manera internacional y están habituados a procesos y metodologías digitales, por lo que se adaptan mejor a los cambios y emplean mejor la tecnología a su alcance. Pero hay una tecnología que parece que lo va a empezar a cambiar todo: la inteligencia artificial.
El mundo está cada vez más robotizado. Chateamos con bots de atención al cliente, nuestras cadenas de montaje están ocupadas por robots especializados, nuestros coches conducen solos y algunos de ellos empiezan a invadir nuestras casas. Esto es consecuencia directa de los avances en inteligencia artificial. Una industria que hace poco nos parecía de ciencia ficción propia de películas como Terminator, pero que ha puesto la marcha directa y parece que no se va a parar. Desde luego, hay que dejar de pensar en ellos como máquinas con formas humanas dispuestas a “hacer la guerra”.
¿Pero la inteligencia artificial y los robots van a eliminar puestos de trabajo?
Aparentemente, no tiene por qué. Los robots vienen a satisfacer necesidades para simplificar tareas y eliminar algunas innecesarias. No deja de ser un paso más hacia el ahorro de costes y optimización de recursos. No olvidemos que la creación, programación, mantenimiento y supervisión de las tareas robóticas seguirá estando a cargo de mentes humanas, creativas e inteligentes, que desarrollarán códigos de programación para automatizar tareas.
Recientemente, una personalidad tan notoria y reputada del sector de la tecnología como Bill Gates comentó que los robots deberán pagar impuestos ya que muchos puestos de trabajo se verán comprometidos, y con ellos sus contribuciones al sistema público. Por ello, proponía que estos robots, aunque no sean personas físicas, también deberían pagar impuestos básicos como cualquier trabajador. El mayor inconveniente: se ralentizará esta industria.
Sea como fuere, la industria robótica es una ampliación de lo que muchos servicios de software ya realizaban pero ahora dotándolos de aún más especialización e inteligencia para facilitar procesos. Todavía está por ver si alguna vez un código de programación es capaz de transformar esa inteligencia artificial en inteligencia emocional y ver si un robot puede acabar en puestos claves de la empresa.